Abstract:
Introducción: En las últimas décadas, Chile ha vivido un proceso de desarrollo y
crecimiento económico importante, sin embargo, esta transición se ha caracterizado por
cambios significativos en el perfil nutricional. Es en la adolescencia donde se presentan
mayores cambios, y siendo uno de los problemas habituales es el estrés, ya que en esta
etapa de vida se presentan diversos cambios a nivel físico, social y mental. Diversos
estudios determinan que las personas tienden a cambiar sus hábitos alimentarios cuando
se sientes estresados, y por consecuencia estas modificaciones pueden repercutir en el
estado nutricional y, además, en la calidad del sueño. Objetivo: Determinar la relación
entre el nivel de estrés, calidad de sueño y el estado nutricional de los estudiantes de
enseñanza media del Colegio Concepción San Pedro, San Pedro de la Paz 2019.
Materiales y métodos: Se realizó un estudio correlacional, en estudiantes de enseñanza
media del Colegio Concepción San Pedro de 14 a 18 años de edad (n=48). Se evaluaron
parámetros antropométricos (IMC y CC), nivel de estrés, mediante la escala de estrés
percibido (PSS), y calidad de sueño, mediante el índice de calidad de sueño de Pittsburgh.
Los datos fueron trabajados en el programa Excel y SPSS. Para las variables cualitativas
se utilizó frecuencia y porcentaje, para las variables cuantitativas se utilizaron estadígrafos de posición, estadígrafos de tendencia central, y estadígrafos de variabilidad.
Posteriormente se realizó el análisis inferencial con una significancia de 0,05. Resultados:
Dentro de la evaluación del estado nutricional se evidenció malnutrición por exceso en un
37,5% de los alumnos, un 54,2% de los alumnos presentó estrés, y un 75% presentó problemas de sueño. La asociación entre el nivel de estrés, calidad de sueño y el estado
nutricional de los estudiantes de enseñanza media del Colegio Concepción San Pedro no
fue estadísticamente significativa (p>0,05), sin embargo, fue clínicamente significativo.
Conclusión: Los alumnos que presentaron malnutrición por exceso presentaron peor
calidad de sueño y mayor estrés, sin embargo, la diferencia no fue estadísticamente
significativa, pero clínicamente tuvo un impacto significativo