Cómo medir el impacto ambiental de la producción de cobre

Date

01/12/2015

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Artículo

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136-145

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0719-515X

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Desde tiempos prehistóricos el hombre ha buscado mejorar su rendimiento en funciones propias de la supervivencia a través de la creación de herramientas y armas. En pos de este propósito trató de usar diversos materiales como los huesos, madera y piedra, hasta llegar a los metales, que poseen propiedades físicas que destacan por su resistencia y conductividad térmica. Estos últimos implicaron un cambio radical en la tecnología asociada, pues para su obtención era necesario pasar por un proceso metalúrgico. Uno de los primeros metales usados para fines funcionales y no suntuarios fue el cobre. Con él se hicieron diversos artículos como cántaros, copas, monedas y algunas armas. Sin embargo, para ese uso surgió una desventaja, pues posee características de maleabilidad y ductilidad a temperaturas ambiente, por lo que se hizo necesario mejorar su dureza. Con el tiempo y el manejo de las técnicas de aleación, el hombre pudo mejorar las características del cobre a través de su mezcla con estaño, para así dar paso al bronce. Actualmente el cobre se sigue utilizando y —gracias a sus múltiples propiedades conocidas— tiene un amplio campo de aplicaciones, destacando, entre las tradicionales, la industria eléctrica y térmica y, por otra parte, las más innovadoras, como agente bactericida en ropa y en tableros de aglomerados.

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Citation

Base, Diseño e Innovación, 2015, Vol.2, Nº1, pp. 136-145

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