Pino, Bárbara2017-12-282017-12-2801/12/2015Base, Diseño e Innovación, 2015, Vol.2, Nº1, pp. 220-2310719-515Xhttp://hdl.handle.net/11447/1813Cuando en Chile se reflexiona en torno al cobre, generalmente, se reciben las siguientes impresiones literales: “se exporta solo la materia prima”, “importamos productos manufacturados con nuestro cobre a costos altos”, “no existe una industria capaz de transformar el material en subproductos o semielaborados que den pie a generar nuevos caminos proyectuales”, “es el sueldo de Chile”, entre tantas otras consideraciones que reflejan el poco conocimiento de este importante y estratégico material que nos es tan nuestro. Curiosamente, la palabra innovación no aparece en el resultado de la investigación desarrollada a través de entrevistas. Todo esto demuestra que la identidad percibida del material es la antítesis de la identidad declarada. Hace un año atrás realicé una investigación sobre el desarrollo e innovación del cobre en Chile. Lo que se encontró no fue poco. Obviamente, en cantidad de productos/objetos, no es lo que uno podría esperar de un país que es el que más produce cobre en el mundo, pero, el resultado trae a la luz una capacidad de innovación diversa, declarando una tendencia propia a abordar el material con una creatividad particular. Un genius loci propio de nuestro territorio. El resultado de la investigación fue la exposición de tres productos chilenos en una muestra dedicada a la relación existente entre arte, ciencia y diseño que existe a través del cobre y que tuvo lugar en la Triennale di Milano en Italia. Los productos seleccionados fueron: La familia, de bravo!; la colección Copper Knitting, de Luz Briceño y los calcetines con cobre de la empresa Monarch.220-231spaCobreHistoriaDiseño italianoIdentidadUn genius loci para ChileArtículo