Abstract:
Desde la perspectiva de género, tanto hombres como mujeres entre 18 y 64 años poseen las capacidades necesarias para emprender. Por tanto, las diferencias individuales las determina la valoración social hacia el emprendimiento y las condiciones del contexto. A medida que se avanza el proceso emprendedor, el porcentaje de emprendedores y emprendedoras involucrados en iniciativas nuevas y establecidas disminuyen. Por lo tanto, la brecha de género se mantiene. La mayoría de las personas expertas tiene una valoración positiva respecto a que el emprendimiento es una ocupación aceptada socialmente para las mujeres chilenas.